Editorial
Reverendo Marcelo Borge y Gabriel Julià Pi
“Todo su pueblo llora;
andan en busca de alimentos;
dieron sus riquezas a cambio de comida
¡ Mira, Jehová ,mi ruina!
Considera mi desgracia!
Lamentaciones 1:11
Templo Moravo de Sisín destruido por el Huracán.
El 30 de agosto día de San Félix se originó en el océano atlántico una depresión que mas tarde se convirtió en el huracán que había de venir a azotar la región del caribe nicaragüense.
La madrugada del martes 4 de septiembre el huracán Félix tocó tierra en grado 5, causando 102 muertos y 133 personas desaparecidas, 33.687 familias y 198.069 personas damnificadas, más de 20.000 casas destruidas, 60 templos moravos arruinados, y otras tantas casas pastorales, 112 escuelas desaparecieron así como 43 centros de salud y el Hospital Nuevo amanecer que quedo mas deteriorado de lo que estaba.
En la ciudad de Puerto Cabezas, donde vive el mayor número de pobladores del municipio, el 80% de los árboles fueron barridos, pero todos coincidimos en que la mano milagrosa de Dios fue acomodando los enormes mangos, cocos y tamarindos uno por uno, para que no cayeran sobre las casas y causar más daños, como prueba de su enorme misericordia.
Alabado sea Dios.
Ahora es el tiempo de levantarse, sembrar y reconstruir, pues se han arruinado las cosechas de arroz, maíz, fríjol y bananos, además de la cantidad de árboles frutales que han desaparecido, y se han contaminado gran numero de pozos, provocando mas precariedad a la región, ahora pues no podemos cruzarnos de brazos.
El Plan de la Iglesia Morava, ha cambiado totalmente y se dedica a la búsqueda de recursos para llevar a cabo proyectos de alimentación, reconstrucción de viviendas, atención psico-social y pastoral, siembra de maíz y reforestación de árboles.
En estos momentos tan difíciles, donde se acumula el dolor, la impotencia, las tareas de reconstrucción, el recuento de daños materiales, el trabajo de acompañamiento a las familias afectadas, la solicitud de ayuda internacional, y sobretodo las alabanzas de agradecimiento a Dios Padre nuestro Creador, les pedimos tengan presente en sus oraciones a los mas afectados, la solidaridad y el apoyo incondicional es necesario para levantarnos de la ruina.
El 30 de agosto día de San Félix se originó en el océano atlántico una depresión que mas tarde se convirtió en el huracán que había de venir a azotar la región del caribe nicaragüense.
La madrugada del martes 4 de septiembre el huracán Félix tocó tierra en grado 5, causando 102 muertos y 133 personas desaparecidas, 33.687 familias y 198.069 personas damnificadas, más de 20.000 casas destruidas, 60 templos moravos arruinados, y otras tantas casas pastorales, 112 escuelas desaparecieron así como 43 centros de salud y el Hospital Nuevo amanecer que quedo mas deteriorado de lo que estaba.
En la ciudad de Puerto Cabezas, donde vive el mayor número de pobladores del municipio, el 80% de los árboles fueron barridos, pero todos coincidimos en que la mano milagrosa de Dios fue acomodando los enormes mangos, cocos y tamarindos uno por uno, para que no cayeran sobre las casas y causar más daños, como prueba de su enorme misericordia.
Alabado sea Dios.
Ahora es el tiempo de levantarse, sembrar y reconstruir, pues se han arruinado las cosechas de arroz, maíz, fríjol y bananos, además de la cantidad de árboles frutales que han desaparecido, y se han contaminado gran numero de pozos, provocando mas precariedad a la región, ahora pues no podemos cruzarnos de brazos.
El Plan de la Iglesia Morava, ha cambiado totalmente y se dedica a la búsqueda de recursos para llevar a cabo proyectos de alimentación, reconstrucción de viviendas, atención psico-social y pastoral, siembra de maíz y reforestación de árboles.
En estos momentos tan difíciles, donde se acumula el dolor, la impotencia, las tareas de reconstrucción, el recuento de daños materiales, el trabajo de acompañamiento a las familias afectadas, la solicitud de ayuda internacional, y sobretodo las alabanzas de agradecimiento a Dios Padre nuestro Creador, les pedimos tengan presente en sus oraciones a los mas afectados, la solidaridad y el apoyo incondicional es necesario para levantarnos de la ruina.
Reverendo Marcelo Borge y Gabriel Julià Pi
“Todo su pueblo llora;
andan en busca de alimentos;
dieron sus riquezas a cambio de comida
¡ Mira, Jehová ,mi ruina!
Considera mi desgracia!
Lamentaciones 1:11
Casa Rev. David Miller destruida completamente.
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